Inspirado en la vida y obra de este pintor austriaco modernista. Para este broche se ha escogido dos perlas mabe perfectas con suave y lisa superficie como las caras de las mujeres que este pintor retrataba. Como decorado se ha escogido turmalinas verdes imperfectas (ni siquiera sus facetas son equidistantes) y diferentes unas de otras en su color y medidas. Todo ello unido por el oro amarillo que tanto le gustaba usar a Klimt que hacia resaltar lo perfecto de los retratos de las mujeres y lo barroco y desigual de sus decoraciones.